08/08/2024
En España se llegaron a instalar más de 4.000 mosaicos de azulejos con la publicidad del Nitrato de Chile en los años 30 y 40 del pasado siglo, de los que poco más de cien han sobrevivido hasta nuestros días. De esos cien, solo tres sobrevivían en Canarias: Santa Cruz de la Palma, Granadilla de Abona y Puerto de la Cruz. Ahora hay que sumar éste situado en el municipio de Agüimes, el único que se conserva en Gran Canaria y que Insula Signa ha logrado recuperar.
El Nitrato de Chile era un fertilizante a base de nitrato de sodio procedente de los importantes depósitos naturales con los que contaba el país sudamericano, cuya producción y exportación fue creciendo hasta monopolizar el mercado mundial en los inicios del siglo XX. Su importante expansión comercial pasó por una campaña publicitaria internacional bien organizada, con criterios modernos. La colección de carteles realizados en todo el mundo constituye por sí sola un episodio singular en la historia del cartelismo e incluye ejemplares de gran calidad plástica, como los creados en Turquía, Francia, Polonia o Argentina. El cartel español, que estuvo a la altura, fue realizado en 1929 por Adolfo López-Durán Lozano, entonces estudiante de arquitectura, más tarde catedrático en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madridy luego fundador de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Las Palmas, de la que fue el primer director en 1973. Su diseño, con un marcado estilo art-dèco, se convirtió en todo un icono de la época.

La recuperación de esta histórica pieza ha sido posible gracias a la labor de investigación, protección y recuperación del patrimonio gráfico canario que venimos realizando desde hace años. Tras ser detectado y analizado, se activó el operativo necesario para llevar a cabo un “rescate” con todas las garantías. El cartel está situado en la pared de un pozo en el Cruce de Arinaga, en unos terrenos propiedad de la empresa de Juliano Bonny, que una vez contactados, mostraron su disposición a una plena colaboración, facilitándonos todos los permisos y apoyos logísticos solicitados. A este apoyo hay que sumar el de simpatizantes anónimos que prestaron su trabajo, tiempo y dinero para ejecutar los trabajos necesarios. Actitud que contrasta, lamentablemente, con la desidia y desinterés que las administraciones públicas muestran habitualmente hacia este tipo de patrimonio cultural. Así, todas las gestiones y todos los gastos para financiar esta recuperación (permisos, alquiler de maquinaria, herramientas, productos, etc.) han sido asumidos por INSULA SIGNA, tras ser ignoradas nuestras solicitudes de ayuda al Ayuntamiento de Agüimes y a otras instancias públicas. El importe de esta operación, que para cualquier institución resultaría pura calderilla, supone para nosotros una pequeña fortuna proveniente de la pequeña cuota que abonan nuestros socios/as y de la campaña de venta de camisetas con el famoso cartel que pusimos en marcha para recaudar los fondos necesarios.

Una vez limpio y recuperado, visible de nuevo tras tanto tiempo, creemos que corresponde a las administraciones públicas (municipio de Agüimes, Cabildo de Gran Canaria y Gobierno autonómico) habilitar las medidas necesarias y aportar los recursos necesarios para evitar su previsible deterioro. Es por ello que hemos solicitado formalmente que este mosaico en particular y el conjunto de los cuatro que quedan en Canarias sean declarados Bien de Interés Cultural, como símbolo de una época y elementos de suma importancia en el conjunto del patrimonio gráfico español, considerando además el estrecho vínculo personal y profesional de su autor con Gran Canaria y la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Dicha solicitud refleja el interés popular hacia este tipo de patrimonio que habita en la memoria colectiva de varias generaciones e insta a seguir el ejemplo de la Comunidad de Extremadura, que en 2022 otorgó la categoría de Bien de Interés Cultural a todos y cada uno de la veintena de paneles cerámicos de Nitrato de Chile que todavía se conservan en la región, argumentando que “poseen un incuestionable valor patrimonial, artístico e histórico, puesto que son exponentes del diseño y la imagen publicitaria española de la década de 1930, así como el reflejo de la sociedad y la economía agraria de ese momento”. La misma decisión tomaron en Las Herencias (Toledo) y en Santa Cruz de La Palma, cuyo cartel restaurado en 2020 se ha convertido en un icono de la ciudad.



