Quedan pocos ejemplares en España del famoso cartel comercial del Nitrato de Chile, un fertilizante a base de nitrato de sodio procedente de los importantes depósitos naturales con los que contaba el país sudamericano. Con su exportación a Europa, el producto llegó a alcanzar una posición hegemónica en el sector, hasta que Noruega empezó a fabricar el mucho más barato nitrato artificial.
La importante explotación comercial del nitrato chileno pasó por una campaña publicitaria internacional bien organizada, con criterios modernos. La colección de carteles realizados en todo el mundo constituye por sí sola un episodio singular en la historia del cartelismo, e incluye ejemplares de gran calidad plástica, como los creados en Turquía, Francia, Polonia o Argentina. El cartel español, que estuvo a la altura, fue encargado en 1929 a Adolfo López-Durán Lozano (1902-1988), por entonces estudiante de arquitectura. Más adelante tendría en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid la primera cátedra de Dibujo de Formas, posteriormente denominada Análisis de Formas. También fue designado para fundar la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Las Palmas, de la que fue el primer director durante los dos años necesarios para su puesta en marcha.
La obra está emparentada con otra de George Massiot para las bodegas Sandeman: la poderosa silueta negra del hombre de la capa sobre fondo amarillo. Ambas son de estilo Art Dèco, vigente en la época. También las letras son semejantes, hechas a mano pero con intención tipográfica, en la línea de la hoy patentada como Typeface Six. En el caso de Nitrato de Chile, las fundidas siluetas de hombre y caballo ofrecen un interesante juego visual: es imposible distinguir si se acercan o se alejan del punto de vista del espectador. A dichas siluetas de Nitrato de Chile y de Sandeman, convertidas en reconocibles iconos, habría que sumar una tercera no menos famosa: el toro de Osborne.
Durante varias décadas el anuncio se difundió ampliamente en España y Portugal. Aunque se utilizaron varios soportes, el más extendido fue el del mosaico de azulejos esmaltados, material que ha permitido la supervivencia de numerosas piezas. Eran de diferentes tamaños y podían llegar a ocupar una gran superficie. Los paneles de azulejos salían de la fábrica de Ramón Castelló, en Valencia.
Mosaicos de Nitrato de Chile en Canarias
Hubo y hay varios mosaicos de Nitrato de Chile en Canarias. El más famoso de todos ellos está en el inicio de la calle O’Daly, la vía comercial más importante de Santa Cruz de La Palma. La fotografía de Sevac en Flickr que encabeza este artículo lo muestra en el estado anterior a su restauración. Compuesto por 270 azulejos, tiene una superficie de 10,80 m2. Su deterioro suscitó últimamente una amplia controversia. Así, en septiembre de 2016, se aprobó en pleno una moción presentada por el PP instando a su declaración como Bien de Interés Cultural para su protección. Un més después, la prensa local informaba de que “El Ayuntamiento encarga un estudio sobre el estado en que se encuentra el cartel, con el objeto de valorar su posible restauración“. En la misma noticia se dice que el consistorio se planteará la recuperación de dos antiguos anuncios de la marca Philips, también en azulejos, instalados en 1970 por la empresa Electro Radio. Situados en un inmueble de la Avenida de El Puente, actualmente se hallan ocultos al estar recubiertos por varias capas de pintura. El alcalde señaló que se pondría en contacto con la casa Philips con objeto de buscar posibles líneas de colaboración para recuperarlos.
El estudio, encargado a una empresa especializada, comprobó el estado deplorable del mosaico de Nitrato de Chile. En él se hizo especial hincapié en la existencia de suciedad superficial sobre el vidriado, que se manifiesta en la irisación, falta de matices y opacidad del brillo original. También detectó pérdidas puntuales del vidriado, lo que provoca la visión del sustrato cerámico de color barro anaranjado y requiere una actuación para evitar que la humedad continúe con su degradación.

A finales de 2018, el Diario de Avisos publica que hay una solución al estado de deterioro que presenta el mosaico de Nitrato de Chile sin necesidad de proceder a su costosa restauración, gracias a que una ciudadana se ha ofrecido a donar un mosaico original en perfecto estado para sustituir al que se encuentra en la entrada de la calle Real. Así lo anunció el alcalde el mismo día que recibía del Cabildo una subvención de 20.000 euros. Un dinero que “es probable que en vez de destinarlo a la restauración se invierta en la sustitución de esta pieza artística y comercial. El Ayuntamiento, que tiene un año para justificar la subvención recibida, va a esperar a que nos lo envíen para estudiarlo”. Nada más he sabido sobre la supuesta donación, a pesar de haber rastreado la prensa de ese periodo. ¿El mural no reunía las condiciones mínimas? ¿La donante se echó atrás en el último momento?
A principios de 2019, el ayuntamiento anuncia que la restauración costará 18.000 euros y que será subvencionada por el Cabildo. Un año más tarde, la concejal de Patrimonio Histórico, Melissa Hernández, anuncia que se iniciará en abril con un plazo de ejecución aproximado de un mes y medio
Finalmente, sumando el retraso provocado por la pandemia de Covid-19, el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma comienza los trabajos de restauración en junio de 2020, con un presupuesto de 18.219 euros financiados por el Cabildo y con aportación también de las arcas municipales. La obra tiene un plazo de dos meses y es ejecutada por In Situ Conservación y Restauración, una empresa madrileña con reconocida experiencia, según información de el Diario de Avisos.
Concluidos los trabajos de restauración, el mosaico luce espléndido de nuevo. Bien está lo que bien acaba, aunque los mosaicos de Philips cubiertos de pintura blanca siguen igual. Han resultado ser los hermanos pobres del Nitrato de Chile.

Todavía quedan otros dos mosaicos de Nitrato de Chile en la isla de Tenerife. Uno en Granadilla de Abona y otro incompleto, pues le falta la parte inferior, en Puerto de la Cruz.


Actualmente, gracias a la colaboración de Javier Herreros, gerente de La Quinta, la empaquetadora de plátanos en el que está situado, Insula Signa está intentando documentar el origen y la historia particular de este mosaico en Puerto de la Cruz.
Ya no queda ninguno en Gran Canaria, donde hubo al menos uno en la carretera que va de Tenoya a Arucas. La única constancia que hemos encontado de él es la siguiente fotografía, tomada en 1969 y publicada en el grupo de Facebook Fotos antiguas de Canarias por Emilio Domingo Ojeda.

Basándonos en esta fotografía, conseguimos dar con la ubicación exacta:

Fuentes: · Magazine Visual · Wikipedia · Grupo de Facebook Fotos antiguas de Canarias · Blog Lo que las piedras cuentan. |