Como los azulejos esmaltados son resistentes y sus vivos colores perduran en el tiempo, los murales cerámicos proliferaron a finales del siglo XIX como soportes publicitarios. En España y otros países europeos, como Reino Unido y Portugal, hubo un importante auge de la industria alfarera. En la península se localizó principalmente en Valencia, Cataluña y Andalucía.
No hemos podido averiguar mucho sobre el origen del par de mosaicos de cerámica que adornan la fachada de la calle Viera y Clavijo 23, en Las Palmas de Gran Canaria. Están integrados en la fachada del inmueble que proyectó el arquitecto Fernando Navarro en 1897. Sí sabemos, gracias a la firma en una de las baldosas, que fueron encargados a la fábrica sevillana de azulejos Casa González.



Gracias a las averiguaciones de Carlos González, responsable de comunicación de la firma Vinófilos, que ahora ocupa el local, sabemos que cuando José Nuño Padrón abrió su Bazar Numancia, que en la prensa de la época anunciaba la venta de “Cristalerías, calderos, cacharros de cocina, cubos, cocinillas, orinales, palanganas, cremas y tintes, insecticidas, herrajes para muebles, etc.” el inmueble ya lucía el mosaico publicitario, por haber sido el anterior negocio una tienda de vinos.

Nos alegra enormemente que tanto tiempo después, el círculo se cierre y el local vuelva a ser una tienda de vinos. Y, lo más importante, que sus gestores demuestren tener sensibilidad hacia la historia y el patrimonio cultural de nuestra tierra, el cual no sólo están protegiendo, sino también investigando y difundiendo. Reciban nuestro agradecimiento y nuestra más sincera enhorabuena.