La Moyera

El caso de la imagen corporativa de los turrones La Moyera merecería un estudio pormenorizado. Sus rótulos, pintados invariablemente sobre las cajas metálicas con ruedas que contienen el turrón, siempre protegidas por una sombrilla, pueden verse en todas las ferias de Gran Canaria desde hace más de un siglo.

La fundadora de la empresa fue Juana Rodríguez Santana en 1876. Originaria de Moya (Gran Canaria), recorría las fiestas de la isla vendiendo sus turrones y pronto pasó a ser conocida como La Moyera. La primera generación comenzó a ayudar a la madre siendo todavía niños, acompañándola a venderlos. Los turrones de esta familia comenzaron a formar parte del paisaje de todas las fiestas isleñas, pero no es hasta 1916 cuando se crea formalmente la marca. Un siglo después, la empresa sigue funcionando con el mismo formato con el que Juana empezó. Una de las hijas, Dolores, fue la que en 1949 registró el formato de turrón que hoy se puede comprar en centros comerciales, pero que también sigue su modelo de comercialización tradicional mediante la caja metálica rotulada en negro sobre fondo amarillo.

Ha sido tan importante Juana la Moyera en las fiestas canarias que, con toda posibilidad, Eduardo Millares Cho Juaá se inspiró en ella para realizar el cuadro de la turronera en la puerta de la iglesia, probablemente de Teror. La fama adquirida por esta turronera ha tenido tanta trascendencia que el Ayuntamiento de Moya puso su nombre a una calle, siendo la única turronera de Canarias que ostenta tal distinción.

El éxito de este producto de repostería reside en sus ingredientes naturales y su preparación artesanal: almendras, miel, azúcar, pan rallado y gofio. Se presenta normalmente en pequeñas tabletas circulares envasadas en aros de cartón o moldes de papel que, superpuestas, forman un conjunto o taco de varias unidades forrado con papel amarillo transparente. Marketing simple, sin pretensiones, adornos ni complicaciones. Una básica, sólida e inconfundible imagen de marca, invariable durante todo ese tiempo. Su diseño es tosco pero efectivo en cuanto a visibilidad y de realización rápida y económica. Su primitiva apariencia amateur le proporciona una fuerte personalidad.

Fuentes:

· La apasionante historia del turrón La Moyera. R.L.P., ABC Canarias.
· La repostería de Moya: bizcochos y suspiros. La histórica figura de Juanita la Moyera. Bienmesabe.org

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